En la escuela no era le mejor, era el único que destaco por los 05 y las bajas calificaciones. Recuerdo claramente como un fin de semana en que salio jalado se tuvo que quedar por su salida de fin de semana fue cancelado.
Sin embargo algo paso ese domingo, pidió audiencia con un profesor. Cuando llego el momento de la cita saco unos expedientes donde figuraban todas las perradas del "teacher". Magicamente saco 15.
Una larga carrera de extorsión sigió ese año, hasta que la gota que colmó el vaso fue que vendió información al enemigo cuando Perú disputaba una guerra. Traición a la patria le valió una expulsión de la escuela.
Estudió leyes y se dedicó a defender a narcos en la selva, hasta que su gran levante fue cuando "accedió a los secretos" de las infidelidades de un presidente.
Fue asesor y usó siempre la ley del dinero.
Me lo contó un capitán mientras lo asesoraba para sacar un préstamo.
Sábado 14 de Enero del 2006
fuente revista Caretas , diciembre de 1999
Armas y Firmas
Nuevas revelaciones sobre el pasado de Montesinos en relación con la compra de armamento soviético y la falsificación de la firma de Morales Bermúdez.
Mientras crece la expectativa por el inminente lanzamiento -o desistimiento- de Alberto Fujimori para un tercer período presidencial, la figura de Vladimiro Montesinos trata de ser nuevamente oleada y sacramentada por algunos personajes del régimen. Prácticamente todo el oficialismo hizo causa común con él, pretendiendo pasar la página de un asunto urticante y nunca aclarado: sus profusos ingresos, que esta semana nuevamente fueron puestos en evidencia debido a unas millonarias cuentas publicadas por el diario Liberación. El Fiscal de la Nación, doctor Miguel Aljovín Swayne, ha decidido actuar, a solicitud del propio y presto acusado, quien en 15 días deberá presentar algunas pruebas del origen de sus ingresos. CARETAS, entretanto, recoge aquí nuevas versiones que añaden detalles significativos a algunos episodios, entre ellos el de la compra de armamento soviético y el de la firma fraguada de Morales Bermúdez, que fue lo que desató la barahúnda de los últimos días.
UN domingo de 1972, el bisoño capitán Vladimiro Montesinos viajó hasta el balneario de Punta Hermosa en una misión muy personal: llegar, sin previo aviso, a la casa del general Edgardo Mercado Jarrín, entonces Canciller de la República. Interesado en un discurso que éste había pronunciado días antes, el ahora insólito asesor quiso alcanzarle al general unos libros que tenían relación con el tema tratado.En principio no lo quisieron atender, acaso por esa cierta distancia que hay entre un oficial de alto rango y un capitán, sobre todo si éste no se anuncia. Finalmente, un empleado de la casa de Mercado fue a buscar al joven oficial al paradero de los microbuses que iban a Lima para comunicarle que lo iban a atender. Entonces el capitán le preguntó al general si podía trabajar con él.No es costumbre que un capitán sea ayudante de un general. Pero gracias a su audacia Montesinos terminó como ayudante del ayudante del general. Cuando Mercado llegó a la presidencia del Consejo de Ministros, el 31 de enero de 1973, el hoy hombre fuerte del SIN permanecía allí, en el ombligo del poder.
CARETAS recogió esta versión en los últimos días de un ex militar de aquella época. Salvo algunas variantes, coincide con las versiones del difunto Mayor EP (r) José Fernández Salvatecci y del ex agente del SIN Francisco Loayza. Este último dice, por ejemplo, que lo que le entregaron a Mercado (él y Montesinos) fue un trabajo titulado "El Rol de las Fuerzas Armadas en una sociedad en transición".Lo novedoso, sin embargo, es la historia que rodea a la famosa compra de armamento soviético, de la cual se ha hablado en los últimos días, a propósito de la acusación por traición a la Patria de la que fue objeto Montesinos en 1983.¿De dónde provenía este material bélico?En agosto de 1973, las tensiones militares en el Chile de Allende ya se evidenciaban. Una gota que rebalsó el vaso para Pinochet y otros oficiales recalcitrantes habría sido, justamente, el armamento soviético que llegaría al país sureño, por un pedido que el general Prat le hizo al presidente socialista.Con tal fin, dos barcos cubanos cargados de armamento empezaron su travesía hacia el puerto chileno de Antofagasta, vía el Canal de Panamá. Según la versión ofrecida a CARETAS por otro oficial en retiro, ése fue uno de los motivos por el cual se adelantó el golpe al 11 de setiembre de ese año.
La llegada de ese armamento podía significar, a los ojos de la derecha militar chilena, un paso definitivo en el involucramiento de su país con el comunismo mundial. Y el asunto habría llegado a tal extremo que la flota chilena incluso habría llegado a perseguir a los dos barcos cubanos.Para éstos, lo más lógico fue huir hacia el mar territorial del Perú, cuyo gobierno tenía excelentes relaciones con la URSS. Velasco, siempre según esta fuente, ordenó que dos barcos de nuestra escuadra fueran en su auxilio y los escoltaran hasta Ilo.
Así se salvaron las naves y el armamento, que fue comprado a un precio bastante módico. El intermediario al galope habría sido el embajador de la URSS en ese momento, Yuri Lebedev, quien estaba acreditado en el Perú desde 1969.Al parecer, ése fue el primer lote de armamento soviético que llegó al Perú y que a la postre estuvo conformado por aviones Sukoi y tanques T-55.El contrato redactado para adquirir ese armamento, junto con algunas agendas semanales de la presidencia del Consejo de Ministros, fue a parar a la embajada de Estados Unidos. Un agente de contrainteligencia habría descubierto esto y habría determinado que el presunto responsable era Montesinos.Es por eso que ya entonces pendía sobre él la posibilidad de que lo procesaran por traición a la Patria. Probablemente esto no se hizo porque el proceso habría comprometido la imagen de Mercado Jarrín, un prestigioso oficial, experto en geopolítica, y con una buena gestión como Canciller de la República.Pero antes de avanzar hasta el proceso que se le abre en1983 en base a estas mismas presunciones, conviene detenerse en el episodio de 1976, que fue lo que provocó el ácido recuerdo del general Morales Bermúdez. ¿Cómo fue que el capitán Montesinos falsificó la firma del entonces Presidente de la República?En agosto de 1976 Montesinos estaba en el Grupo de Artillería "Capitán Enrique Delhorne" de la frontera norte. A fines de ese mes pidió vacaciones y luego licencia, pero ambas le fueron denegadas.Finalmente, obtuvo un permiso luego de hacer que su familia enviara desde Arequipa un telegrama en el que se advertía que un familiar cercano suyo estaba muy grave.
El Comando autorizó su viaje a la Ciudad Blanca, pero la verdad es que el joven capitán se fue a Lima, a donde llegó el 31 de agosto.Fue en la mayoría de guarnición de Lima, ubicada cerca al actual local del Comando Conjunto, en donde el futuro asesor sustrajo una autógrafa (papel en la que se elaboran resoluciones). De acuerdo a la versión recogida por CARETAS, lo habría logrado aprovechando la ausencia de un empleado civil, a quien habría inducido a salir un momento para comprar un boleto de apuestas hípicas.
El mismo habría redactado el contenido y habría utilizado un sello del ministro de Guerra Guillermo Arbulú Galliani, que sustrajo cuando trabajaba con el general Mercado (CARETAS 1598). El documento fraguado fue una resolución suprema que, además de la firma de Arbulú Galliani, debía llevar la firma del presidente Francisco Morales Bermúdez para autorizar el viaje.En eso consistió la falsificación a la que se refirió FMB en los últimos días. Posteriormente Montesinos viajó a Washington, donde el general Miguel Angel de la Flor Valle, destacado a la Junta Interamericana de Defensa (JID), lo encontró. Fue denunciado, procesado y condenado a un año de prisión efectiva.
El juicio que realmente quedó sobreseído fue el que recién se le abrió en 1983, por el delito de traición a la Patria y bajo las mismas presunciones de 1973 (venta de información a servicios de inteligencia extranjeros) Montesinos entonces fugó al Ecuador y luego pasó a Buenos Aires.En 1985 el caso fue archivado, aun cuando no se despejaron las dudas sobre Montesinos. Hasta 1990, el aviso que le prohibía la entrada siguió pegado en todas las instalaciones militares.El juicio esta vez no habría continuado porque probablemente revelar que un miembro del Ejército tenía vinculaciones con la CIA era muy riesgoso. Para los militares, que no hace mucho habían dejado el poder, hubiera sido un episodio ingrato.El general Briceño, quien había ordenado reactivar la investigación, fue reemplazado por el general Figueroa Ruiz en el Comando General del Ejército. Este alto oficial habría sido quien ordenó archivar la investigación.Cinco años después, en 1989, Montesinos reingresaría inesperadamente a una instalación militar. Siendo asesor del Fiscal de la Nación Hugo Denegri Cornejo, acudió con él a un almuerzo que invitaba el ministro de Defensa, el difunto general Enrique López Albújar.A pesar de la discreción con la que se portaron los otros comensales -asesores del ministro- Montesinos se explayó cual estratega en busca de un lugar. Poco después se acercaría a Fujimori para, hasta ahora, no abandonar la miel del poder. Aun cuando hoy otro Fiscal de la Nación pretenda investigarlo.
Sin embargo algo paso ese domingo, pidió audiencia con un profesor. Cuando llego el momento de la cita saco unos expedientes donde figuraban todas las perradas del "teacher". Magicamente saco 15.
Una larga carrera de extorsión sigió ese año, hasta que la gota que colmó el vaso fue que vendió información al enemigo cuando Perú disputaba una guerra. Traición a la patria le valió una expulsión de la escuela.
Estudió leyes y se dedicó a defender a narcos en la selva, hasta que su gran levante fue cuando "accedió a los secretos" de las infidelidades de un presidente.
Fue asesor y usó siempre la ley del dinero.
Me lo contó un capitán mientras lo asesoraba para sacar un préstamo.
Sábado 14 de Enero del 2006
fuente revista Caretas , diciembre de 1999
Armas y Firmas
Nuevas revelaciones sobre el pasado de Montesinos en relación con la compra de armamento soviético y la falsificación de la firma de Morales Bermúdez.
Mientras crece la expectativa por el inminente lanzamiento -o desistimiento- de Alberto Fujimori para un tercer período presidencial, la figura de Vladimiro Montesinos trata de ser nuevamente oleada y sacramentada por algunos personajes del régimen. Prácticamente todo el oficialismo hizo causa común con él, pretendiendo pasar la página de un asunto urticante y nunca aclarado: sus profusos ingresos, que esta semana nuevamente fueron puestos en evidencia debido a unas millonarias cuentas publicadas por el diario Liberación. El Fiscal de la Nación, doctor Miguel Aljovín Swayne, ha decidido actuar, a solicitud del propio y presto acusado, quien en 15 días deberá presentar algunas pruebas del origen de sus ingresos. CARETAS, entretanto, recoge aquí nuevas versiones que añaden detalles significativos a algunos episodios, entre ellos el de la compra de armamento soviético y el de la firma fraguada de Morales Bermúdez, que fue lo que desató la barahúnda de los últimos días.
UN domingo de 1972, el bisoño capitán Vladimiro Montesinos viajó hasta el balneario de Punta Hermosa en una misión muy personal: llegar, sin previo aviso, a la casa del general Edgardo Mercado Jarrín, entonces Canciller de la República. Interesado en un discurso que éste había pronunciado días antes, el ahora insólito asesor quiso alcanzarle al general unos libros que tenían relación con el tema tratado.En principio no lo quisieron atender, acaso por esa cierta distancia que hay entre un oficial de alto rango y un capitán, sobre todo si éste no se anuncia. Finalmente, un empleado de la casa de Mercado fue a buscar al joven oficial al paradero de los microbuses que iban a Lima para comunicarle que lo iban a atender. Entonces el capitán le preguntó al general si podía trabajar con él.No es costumbre que un capitán sea ayudante de un general. Pero gracias a su audacia Montesinos terminó como ayudante del ayudante del general. Cuando Mercado llegó a la presidencia del Consejo de Ministros, el 31 de enero de 1973, el hoy hombre fuerte del SIN permanecía allí, en el ombligo del poder.
CARETAS recogió esta versión en los últimos días de un ex militar de aquella época. Salvo algunas variantes, coincide con las versiones del difunto Mayor EP (r) José Fernández Salvatecci y del ex agente del SIN Francisco Loayza. Este último dice, por ejemplo, que lo que le entregaron a Mercado (él y Montesinos) fue un trabajo titulado "El Rol de las Fuerzas Armadas en una sociedad en transición".Lo novedoso, sin embargo, es la historia que rodea a la famosa compra de armamento soviético, de la cual se ha hablado en los últimos días, a propósito de la acusación por traición a la Patria de la que fue objeto Montesinos en 1983.¿De dónde provenía este material bélico?En agosto de 1973, las tensiones militares en el Chile de Allende ya se evidenciaban. Una gota que rebalsó el vaso para Pinochet y otros oficiales recalcitrantes habría sido, justamente, el armamento soviético que llegaría al país sureño, por un pedido que el general Prat le hizo al presidente socialista.Con tal fin, dos barcos cubanos cargados de armamento empezaron su travesía hacia el puerto chileno de Antofagasta, vía el Canal de Panamá. Según la versión ofrecida a CARETAS por otro oficial en retiro, ése fue uno de los motivos por el cual se adelantó el golpe al 11 de setiembre de ese año.
La llegada de ese armamento podía significar, a los ojos de la derecha militar chilena, un paso definitivo en el involucramiento de su país con el comunismo mundial. Y el asunto habría llegado a tal extremo que la flota chilena incluso habría llegado a perseguir a los dos barcos cubanos.Para éstos, lo más lógico fue huir hacia el mar territorial del Perú, cuyo gobierno tenía excelentes relaciones con la URSS. Velasco, siempre según esta fuente, ordenó que dos barcos de nuestra escuadra fueran en su auxilio y los escoltaran hasta Ilo.
Así se salvaron las naves y el armamento, que fue comprado a un precio bastante módico. El intermediario al galope habría sido el embajador de la URSS en ese momento, Yuri Lebedev, quien estaba acreditado en el Perú desde 1969.Al parecer, ése fue el primer lote de armamento soviético que llegó al Perú y que a la postre estuvo conformado por aviones Sukoi y tanques T-55.El contrato redactado para adquirir ese armamento, junto con algunas agendas semanales de la presidencia del Consejo de Ministros, fue a parar a la embajada de Estados Unidos. Un agente de contrainteligencia habría descubierto esto y habría determinado que el presunto responsable era Montesinos.Es por eso que ya entonces pendía sobre él la posibilidad de que lo procesaran por traición a la Patria. Probablemente esto no se hizo porque el proceso habría comprometido la imagen de Mercado Jarrín, un prestigioso oficial, experto en geopolítica, y con una buena gestión como Canciller de la República.Pero antes de avanzar hasta el proceso que se le abre en1983 en base a estas mismas presunciones, conviene detenerse en el episodio de 1976, que fue lo que provocó el ácido recuerdo del general Morales Bermúdez. ¿Cómo fue que el capitán Montesinos falsificó la firma del entonces Presidente de la República?En agosto de 1976 Montesinos estaba en el Grupo de Artillería "Capitán Enrique Delhorne" de la frontera norte. A fines de ese mes pidió vacaciones y luego licencia, pero ambas le fueron denegadas.Finalmente, obtuvo un permiso luego de hacer que su familia enviara desde Arequipa un telegrama en el que se advertía que un familiar cercano suyo estaba muy grave.
El Comando autorizó su viaje a la Ciudad Blanca, pero la verdad es que el joven capitán se fue a Lima, a donde llegó el 31 de agosto.Fue en la mayoría de guarnición de Lima, ubicada cerca al actual local del Comando Conjunto, en donde el futuro asesor sustrajo una autógrafa (papel en la que se elaboran resoluciones). De acuerdo a la versión recogida por CARETAS, lo habría logrado aprovechando la ausencia de un empleado civil, a quien habría inducido a salir un momento para comprar un boleto de apuestas hípicas.
El mismo habría redactado el contenido y habría utilizado un sello del ministro de Guerra Guillermo Arbulú Galliani, que sustrajo cuando trabajaba con el general Mercado (CARETAS 1598). El documento fraguado fue una resolución suprema que, además de la firma de Arbulú Galliani, debía llevar la firma del presidente Francisco Morales Bermúdez para autorizar el viaje.En eso consistió la falsificación a la que se refirió FMB en los últimos días. Posteriormente Montesinos viajó a Washington, donde el general Miguel Angel de la Flor Valle, destacado a la Junta Interamericana de Defensa (JID), lo encontró. Fue denunciado, procesado y condenado a un año de prisión efectiva.
El juicio que realmente quedó sobreseído fue el que recién se le abrió en 1983, por el delito de traición a la Patria y bajo las mismas presunciones de 1973 (venta de información a servicios de inteligencia extranjeros) Montesinos entonces fugó al Ecuador y luego pasó a Buenos Aires.En 1985 el caso fue archivado, aun cuando no se despejaron las dudas sobre Montesinos. Hasta 1990, el aviso que le prohibía la entrada siguió pegado en todas las instalaciones militares.El juicio esta vez no habría continuado porque probablemente revelar que un miembro del Ejército tenía vinculaciones con la CIA era muy riesgoso. Para los militares, que no hace mucho habían dejado el poder, hubiera sido un episodio ingrato.El general Briceño, quien había ordenado reactivar la investigación, fue reemplazado por el general Figueroa Ruiz en el Comando General del Ejército. Este alto oficial habría sido quien ordenó archivar la investigación.Cinco años después, en 1989, Montesinos reingresaría inesperadamente a una instalación militar. Siendo asesor del Fiscal de la Nación Hugo Denegri Cornejo, acudió con él a un almuerzo que invitaba el ministro de Defensa, el difunto general Enrique López Albújar.A pesar de la discreción con la que se portaron los otros comensales -asesores del ministro- Montesinos se explayó cual estratega en busca de un lugar. Poco después se acercaría a Fujimori para, hasta ahora, no abandonar la miel del poder. Aun cuando hoy otro Fiscal de la Nación pretenda investigarlo.
Comentarios
Vladimiro Montesinos nunca fue expulsado del Ejercito por Traicion a la Patria. Eso es un mito. En ese entonces Montesinos era asesor del General Mercado Jarrin, quien al enterarse de la traicion de Montesinos con la venta de los secretos militares a los EU decidio que su prestigio militar era mas importante que poner al espia al descubierto. El Mayor Fernandez Salvattci (su acusador) fue separado del Ejercito y perseguido y tuvo que ser asilado en la Embajada de Venezuela.
Vladimiro Montesinos fue acusado -tiempo despues- de falsificacion de documentos y abandono de puesto y por ello fue separado de la Institucion.