¿Cuántos Webers conoces en el Perú?
El nombre Sean Weber poco dice a un lector común. Sin embargo, su muerte constituye el caso extremo de un nuevo fenómeno que preocupa cada vez más a las autoridades de algunas de las ciudades más pobladas del planeta: el peatón tecnológico, esa persona que camina por las calles conectada al mundo pero, paradójicamente, aislada del entorno que la rodea, al punto de convertirse en un verdadero peligro.
Weber era un joven norteamericano de 23 años que hace un año murió atropellado por un auto en el distrito neoyorquino de Brooklyn. Según trascendió, otro peatón que circulaba por la zona intentó advertirle, a los gritos, que un vehículo se aproximaba, pero Weber no lo oyó; estaba inmerso en la música de su iPod.
Su caso no es único. Entre septiembre de 2006 y enero de 2007, por lo menos otras dos personas murieron en Brooklyn por cruzar la calle distraídas por el uso de un aparato electrónico.
Estos casos llevaron al senador demócrata Carl Kruger a presentar, en febrero de 2007, un proyecto de ley que proponía multar con 100 dólares a todos aquellos peatones y ciclistas que cruzaran las calles de Nueva York utilizando un reproductor de MP3, un celular, una agenda electrónica o un videojuego.
“El gobierno tiene la obligación de proteger a la ciudadanía”, alegaba en ese entonces Kruger para justificar su propuesta. “Estos dispositivos electrónicos no sólo son endémicos, sino que además están creando una importante crisis de seguridad pública. Lo que está sucediendo es que cuando la gente presta atención a su iPod, Blackberry, celular o videojuego camina contra ómnibus o autos”, explicaba.
La propuesta, considerada excesiva por sus críticos, no prosperó. Pero el debate en torno al “peatón tecnológico” y los peligros que éste conlleva se instaló con fuerza no sólo en Estados Unidos, sino también en varios países del mundo.
El foco pasó así del riesgo del uso del celular entre los conductores al riesgo del uso de los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos en peatones y ciclistas.
El problema de estos aparatos tecnológicos en la vía pública es que distraen a quienes los usan. Y, según coinciden expertos en seguridad vial, la falta de atención es un factor de riesgo muy alto. El peligro potencial, de hecho, ya quedó plasmado en una ley en Croacia, donde quienes son sorprendidos caminando con el celular en uso son multados.
En el resto de los países, en tanto, la norma no ha sido prohibir sino advertir, y con tal fin se realizaron campañas para alertar al peatón sobre cómo preservar su vida y la de los demás.
En Australia, por ejemplo, la policía lanzó, hace unas semanas, una campaña en la vía pública para advertir a los jóvenes sobre el riesgo de cruzar la calle escuchando música: “Mira los autos cuando uses auriculares”, se leía en los afiches que empapelaron Sydney.
Según explicaron autoridades policiales, lo que motivó el lanzamiento de esta campaña fue el alarmante aumento de muertes de jóvenes atropellados por cruzar la calle mientras escuchaban sus MP3.
También en Londres se llevaron adelante campañas de este tipo, mientras que en España el tema ha empezado ha preocupar a los especialistas en seguridad vial.
Los peatones que caminan con la cabeza gacha mandando mensajes de texto por sus celulares o aquellos que caminan escuchando música con sus auriculares tienen “entre un 30 y un 40 por ciento más riesgo de sufrir un accidente”, indicó el presidente de la Fundación Española de la Seguridad Vial, Luis Montero.
Para el experto, además, el uso del celular es más peligroso que el de un reproductor de música, “porque hablar con otras personas supone un esfuerzo cognitivo, y ello afecta la observación del resto de las circunstancias”. El aparente menor riesgo de un MP3, sin embargo, se incrementa porque “si bien sólo es necesario un esfuerzo receptivo -explica Montero- el tiempo de su utilización es mayor”.
Por Adriana M. Riva
De la Redacción de LA NACION
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